Foto referencial Chicureo Hoy
Fue el pasado viernes 25 de octubre cuando Carla, su marido, y su hija de solo 11 años fueron víctimas de un violento robo en su casa ubicada en el sector de San José con Santa Cecilia, en la comuna de Colina.
Con pesar, Carla recuerda que a eso de las 22:00 horas, unos diez sujetos armados y con rostros cubiertos ingresaron a su hogar con gritos y exigiendo que se les entregara todo lo que de valor había.
Cuenta la afectada a Chicureo Hoy que “algunos ingresaron por la ventana que da hacia el patio y otros ingresaron por la ventana de mi hija, que trató de salir corriendo al escuchar los gritos en la casa”.
“Nos tuvieron a los tres dentro de la casa y empezaron a sacar todas las cosas, a abrir los closet, a tirar las cosas al suelo, sacaron las teles de la pared rompiéndola, tomaron el computador y los celulares”, relata Carla, detallando que los delincuentes gritaban pidiendo “el oro y la caja fuerte”, mientras aseguraban que “esto no era un juego”.
Agrega la vecina que en un momento redujeron y amarraron a su marido y a su hija y los dejaron en el dormitorio principal. “Mientras, a mí dos de ellos me llevaron por toda la casa pidiéndome cosas con violencia y apuntándome con armas de fuego, rompieron repisas y daban vuelta los colchones buscando cosas», narra.
Tras unos 15 minutos en la casa, los sujetos le pidieron a Carla las llaves del auto, y procedieron a amarrarla también a ella en el dormitorio principal. En tanto, a su hija la dejaron sin amarrar, con la orden de que desamarrara a sus padres 10 minutos después de que los antisociales se fueran.
Al lograr desatarse, y ya solos en el lugar, cuenta Carla que ella y sus familiares corrieron rápidamente por la calle Santa Cecilia, tocando citófonos y pidiendo auxilio luego de la traumática experiencia.
Las alarmas se activaron, llegaron los vecinos y Carabineros se dirigió al sector en unos diez minutos. “Ahí empezó la búsqueda del auto, el que encontraron en Lo Seco reventado esa misma noche”, detalla. La familia calcula que en total el robo fue de unos $12 millones.
Un trabajo en comunidad
A pesar del violento episodio vivido, Carla destaca por sobre todo el apoyo que han sentido desde los vecinos del sector de Santa Cecilia. “Ellos son los que nos han estado acompañando todos estos días”, cuenta, añadiendo que la comunidad se movilizó para brindarles ayuda de varios tipos, como comida, platos, televisores, limpieza, entre otros.
“Estos días han sido muy difíciles y si no hubiese sido por mis vecinos yo no tendría ni siquiera qué comer, ellos nos pararon estos días”, asegura, comentando que «nuestra casa quedó dada vuelta, se llevaron todo lo que pudieron».
A unos días del suceso, Carla aún recuerda con miedo lo ocurrido. Dice que «si me tocó a mí le puede tocar a cualquiera», por lo que hace hincapié en la importancia de establecer redes de protección entre los vecinos. “Mi intención contando esta historia no es generar miedo ni alarma, sino contar algo que está pasando y que es real, entonces siento que es muy importante hacer redes de apoyo y validarlas y concretarlas en este momento”, subraya Carla.
Agrega que “Carabineros hace su pega y se va y tampoco tenemos cámaras municipales en todos los lugares, eso nos podría haber ayudado para saber, por ejemplo, cuántos autos eran, a dónde se fueron, etcétera”.
En este sentido, enfatiza en que “es súper importante que la gente se dé cuenta de que esto está pasando. Hay un caos a nivel social y no sé si por esto se están aprovechando o tomando más valor, pero hay que estar prevenidos y estar pendientes”. “Por eso es muy importante estar conectados entre vecinos y protegernos entre nosotros para que esto no pase otra vez”, concluye Carla. CHH