Sr Director,
Hoy se cumple exactamente una semana. A mí también me pasó, iba por la Ruta 5 Norte entrando a Vespucio Norte el pasado miércoles 3 abril, a las 22:00 horas.
En esa salida, justo frente al cortijo, una SUV BMW x5 azul se me cruzó bruscamente, me hizo frenar de golpe y se bajaron dos sujetos con pasamontañas y pistolas. Puse la cabeza bajo el volante para protegerme pensando que iban a disparar, intenté mover el auto pero había taco hacia atrás y me dejaron muy poco espacio hacia adelante, ese fue mi primer intento de arrancar. Luego se devolvieron a la camioneta y se bajaron cuatro con pasamontañas y pistolas apuntándome, pensé en bajarme pero comprendí que me agarrarían a golpes. Me sentí más segura dentro del auto. Ellos gritaban de todo y le pegaban al auto. Fueron más de 40 los golpes que recibí en cada puerta hasta que lograron romper la ventana del copiloto. Cuando sentí la explosión del vidrio, me subió la adrenalina y atiné a tirarme bruscamente hacia atrás. Ahí el auto de atrás retrocedió un poco para darme espacio de salir y luego aceleré por la cuneta izquierda y parte de espacio de tierra. No sé cómo lo hice ya que mi auto es muy bajo para pasar por ahí. Arranqué entonces a casi unos 300km/h, sin exagerar, desesperada, pensando que me seguirían. Tomé Los Libertadores y llegué a la Copec que está justo en el peaje de Chicureo. Un bombero de la Copec me marcó con su teléfono al cuadrante de Chicureo y el carabinero me dice: “ ¿Y pa’ qué llama pa’ acá, si eso que le pasó fue en Quilicura?” Le dije : «Por último para que avises por radio que andan unos tipos en una BMW que probablemente es robada», a lo que me respondió “¡a ya!” .
Qué bonito, no podía esperar menos….
Mi vehículo es un deportivo Coupé de dos puertas, el cual tengo con láminas de seguridad, las que me protegieron y me dieron el tiempo para poder reaccionar. Además que el auto, dada sus características, me ayudó a salir rápido de la situación a una gran velocidad en cosa de segundos. No sé cómo pude tener la mente tan fría para salir de esa situación, pero qué impotencia que atrás mío hubiesen unos 20 autos y nadie pudiese ayudarme, qué impotencia llamar a Carabineros y que se rieran en mi cara, qué impotencia tener que pasar por ahí habitualmente y sentir que en cualquier momento se bajan sujetos con pistolas y me apuntan de nuevo. Qué impotencia tener que pagar cuentas de más de $150.000 de TAG mensualmente para que me apunten con pistolas, qué impotencia que mi auto tenga GPS y corta corriente, pero a pesar de eso, preferí correr el riesgo a arriesgarme a que Carabineros me ayudara después a encontrarlo (después de cómo me trataron, dudo que me hubiesen ayudado aunque yo supiera donde estaba mi auto). En fin, espero que mi relato les ayude a tomar precauciones. Uno nunca cree que le pasará hasta que le pasa. . . CHH
Natalia Garrido Rojas, vecina de Chicureo.
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