A sus ocho años, Vicente Márquez Rosas se coronó como campeón nacional de ajedrez. Hoy, con nueve años, este pequeño vecino de Colina sigue sumando logros, esta vez fuera de Chile, al conseguir el segundo lugar en el XIX Festival Sudamericano juvenil en Brasil.
“Estuvo complicado, difícil el torneo, pero gracias a mi estudio y entrenamiento logré salir segundo”, declaró Vicente a Chicureo Hoy. “Yo venía para el primer lugar, igual creo que el segundo lugar es bueno, por todo el esfuerzo y trabajo que he hecho”, agregó.
Además de Brasil, Vicente ha competido en Argentina y en los Panamericanos juveniles 2023, realizados en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, donde consiguió el decimonoveno puesto, entre un total de 78 participantes, siendo el primer lugar de los participantes sudamericanos.
“Me siento feliz, tengo que aprovechar al máximo, para aprender de mis errores, para ir mejorando y cumplir mi sueño”, indica Vicente, cuyo sueño es ser Gran Maestro, título otorgado por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) a jugadores que demuestran una habilidad destacada.
Jocelyn Rosas, mamá de Vicente, está sumamente orgullosa de él, pero lamenta el poco interés que los logros de su hijo han despertado tanto en las autoridades como en la Federación de Ajedrez de Chile. “Sería muy beneficioso el apoyo motivacional, moral y de respeto al trabajo y dedicación, de un niño que practica este deporte y se lo toma muy en serio”, indicó.
En el mismo sentido, Jocelyn señala que ha sido complejo mantener a Vicente en el circuito en términos monetarios. “Sin duda el apoyo económico es importante, todos los esfuerzos hasta el momento son prácticamente familiares, y un pequeño aporte que nos da Colina Deportes, producto de que resultó deportista destacado”, expone, agregando que aquello “no es suficiente para lograr competir a gran escala”.
“En la mayoría de los países hay una deuda con los deportistas, y sobre todo con el ajedrez”, manifiesta la madre de Vicente que, aunque en un principio prefería que el niño jugara ajedrez solamente como un hobbie, al ver su determinación decidió apoyarlo por completo.
No obstante, como padres toman precauciones para que Vicente pueda continuar con una vida de acorde a su edad, por lo que asiste a un colegio como cualquier otro niño, pero en una jornada escolar reducida que le permite compatibilizar sus estudios con su entrenamiento.
«Nos sentimos orgullos, el tiene esa convicción que a logrado a sus 9 años, donde nos incita y no nos deja la duda que el no quiere esto y que no lo podemos dejar de apoyar (…) el tiene hambre por cada día saber más», finalizó la madre de Vicente Márquez.
