Foto: panoramio.com
Por Martín Lubowiecki, periodista Chicureo Hoy
Pero ahora, con las compras como excusa, nuestros vecinos veraniegos preferidos (de nosotros, de los mendocinos), son primera plana nacional. Como el diario La Nación, que desde principios de temporada escarba en los datos finos, en el impacto a gran escala de las compras de los turistas argentinos. Remarcan que de enero a septiembre de 2016 gastaron 651 millones de dólares en Chile, lo que implicó que los argentinos fueran los turistas que más ingresos de divisas le reportaran al país, algo que ya había sucedido también el año anterior. Mirado ese número con lupa, según la subsecretaría de Turismo local, durante su estadía un argentino gasta un total de unos 300 dólares, y un promedio diario de 52 dólares. Las experiencias lo dicen todo: según una nota publicada a mediados de enero, en el Mall Marina Arauco de Viña del Mar, la mitad de las patentes en el estacionamiento eran argentinas. El relato identificado como parámetro es de Macarena Lombardo, Lucía Frugoni y Rosario Bazán, unas chicas de entre 20 y 21 años. Se llevaban zapatillas, ropa y un celular. «Tres de las siete mañanas vinimos al mall. Ahora me doy cuenta y no puedo creerlo», contaba Rosario Bazán.
El imán por las compras transformaron al destino en algo que excede los límites de la billetera o la tarjeta. Y lo posicionaron como un lugar extraordinario, más allá de las aguas bien heladas. Nuestra playa preferida (la de los mendocinos digo, la de siempre) se transformó en EL lugar para visitar. Un informe del diario porteño Página 12 (re-publicado la semana pasada en nuestro “Bonete de la Semana”) identifica a Reñaca como “el secreto mejor guardado” de la costa chilena. Y destaca: “aunque no sea tan célebre como Con Con o La Serena, por la cantidad de sombrillas, adolescentes apiñados y tonaditas mendocinas que se ven y escuchan a toda hora es difícil que Reñaca sea un secreto, y más que esté guardado. Los jóvenes mendocinos veranean en este barrio de Viña del Mar hace bocha: es como un San Bernardo con precios mucho más amables que los de la costa bonaerense, libre mercado rampante, empanadas gigantes de camarones y atardeceres sobre el mar, un cambio agradable para el habitué de las costas atlánticas”. Es cierto lo del atardecer en el mar, lo de “jóvenes mendocinos que veranean hace bocha”… Pero a veces la distancia dificulta un poco la visión: identifica a Con Con o La Serena como “más célebres”… Más allá de los detalles, la radiografía desde la otra punta nota cosas evidentes (es barato, pero te cobran hasta para usar el baño de la terminal) y hasta pone límites políticos (muy lindo conseguir zapatillas de primera marca a una luca, pero el libre mercado no sale gratis. Y entre pisco y pisco, si se mira con atención se nota). ¿El título? “Reñaca ñaca, el point juvenil del Pacífico Sur”.
Mucho antes, hace un año atrás, el furor no llegaba al extremo, pero anticipaba el escenario actual. “Reñaca: la meca de los argentinos que veranean en las playas de Chile” destacaba el nervioso diario Clarín, y por entonces pronosticaba: “Se incrementaría un 30% el arribo de turistas de nuestro país respecto de 2015. A los mendocinos, que llegan todos los años, se sumaron grupos de cordobeses y porteños”. Esa diferencia, esos grupos de cordobeses y porteños, este enero se hicieron notar más que nunca en Los Libertadores y Horcones. “Se nota que Reñaca es de ellos: de los más jóvenes. O casi. Como lo fue Ferrugem hace unos años en Brasil. Esta playa, a 20 minutos de Viña del Mar, que históricamente coparon los mendocinos, desde hace dos veranos también concentra a muchos grupos de amigos veinteañeros que llegan de Buenos Aires o Córdoba. Un fenómeno que no deja de estar ligado al boom de las compras en Chile que tanto atrae a los argentinos” sentenció, casi un año después (en un informe publicado el pasado lunes 16 de enero) el diario La Nación, uno de los medios nacionales que más espacio le ha dedicado al nuevo fenómeno veraniego. Para nosotros la noticia no es nueva. Más clásico que fenomenal.