Por Jorge Aníbal Martínez, director ejecutivo Yo Uso Bien Mi Dinero.
Pocas áreas de la vida tienen tal importancia como la económica y financiera. El popular dicho “el dinero no hace la felicidad” y la sensación pecaminosa que tiene el dinero en sí, hacen de este tema uno complejo de hablar sin caer en la auto-considerada superficialidad, materialismo o avaricia. Culturalmente, Latinoamérica enfrenta el duro desafío del estigma hacia el dinero, y al no hacernos cargo cómo protagonistas de este cambio, estamos condenando a nuestros hijos a vivir como analfabetos financieros.
En esta y una serie de columnas más, explicaré la importancia de Educación Financiera y una guía paso a paso de cómo enseñar a niños sobre finanzas y economía, aunque no sepas ni entiendas de este mundo.
Nadie entiende de Finanzas y Economía, siendo una materia tan importante. El manejo del dinero es un proceso que intermedia casi todas nuestras interacciones, día a día por el resto de nuestras vidas y no hay política pública que promueva a nivel generalizado esta formación. El mito dice: “el dinero no hace la felicidad”, sin embargo, y paradójicamente, existe una abrumadora correlación entre los países más felices del World Happiness Report (WHR) y el nivel de Ingreso per cápita.
En encuestas declaramos que el factor más importante para nuestra felicidad es la calidad de nuestras relaciones personales de tipo familiar y amistades. ¿Es posible afirmar entonces que en Togo, Burundi, Syria, Benín, Ruanda y Afganistán, los países con la peor calificación en el WHR, la gente es mala amiga y sus familias desunidas, y que además, por mera coincidencia son los países más pobres del mundo? Por ningún motivo, pero sí es posible afirmar que el ingreso está absolutamente relacionado e intermedia a la mayoría de las otras áreas de la vida como salud, educación, seguridad y asistencia social, que sí tienen un alto impacto en el bienestar de la población.
A pesar de parecer obvio, y si no la evidencia lo comprueba, no hay un responsable de Educación Financiera y Económica en nuestro, ni prácticamente ningún país. Si nos preguntamos por qué los colegios no imparten Educación Financiera, la respuesta es simple: Los profesores no saben de finanzas y enseñarles resulta tremendamente difícil dado la abrumadora sobrecarga de trabajo con la que viven.
Además, por grupo profesional, son de los más endeudados y desde el principio de su formación en el colegio hasta el final de su carrera universitaria, no estudian ningún curso de Economía o Finanzas. Es por esta razón, y muchas otras, que es tan complejo enfrentar el desafío de la Educación Financiera como cambio generacional. Ni los padres ni los hijos saben, por lo tanto no hay enseñanza multidireccional de estas materias, lo que perpetúa el ciclo del analfabetismo financiero y por tanto la esperanza de Pobreza.
En Chile existen pocas iniciativas serias trabajando en esta misión. Una de ellas es la fundación que dirijo, “Yo Uso Bien Mi Dinero”, también está la Superintendencia de Bancos realizando nobles esfuerzos en Educación Financiera como uno de los pilares de su gestión. El Banco Central por su parte lleva tiempo involucrado en colegios con su programa “Economía más cerca” y su museo. Algunos bancos y AFP han iniciado campañas de Educación Financiera con la finalidad de promover estas materias. Mientras más actores se unan a la cruzada de la Educación Financiera, es mejor, pero no suficiente.
La mayoría de las personas cree que la solución debe venir desde el Gobierno, pero el poder Ejecutivo tiene ya bastantes problemas muy complejos de los cuales hacerse cargo. Es por ello que este cambio será protagonizado necesariamente por el mundo privado, por la familia principalmente. Mediante medios como éste para los padres, y mediante los colegios para los niños, es que logramos un cambio generacional con la capacidad de transformar la fuerte cultura del endeudamiento en Chile. Esta es principalmente la gran Deuda que tiene la Economía con Chile, la comprensión de un lenguaje con la capacidad de transformar vidas y romper el ciclo de la pobreza mediante el conocimiento. Son los padres y madres los llamados a protagonizar con entusiasmo y perseverancia esta tarea. No es necesario saber para enseñar si cuentas con la guía adecuada y la forma de saldar la deuda de la economía es generando hábitos para tus niños y aprendiendo en conjunto sobre este lenguaje.
Atento a las próximas semanas, que paso a paso iré contándote cuáles son las acciones que requieres tomar para aprender sobre Educación Financiera. CH H