Por Matías Godoy, economista de www.fol.cl
El sistema de generación de pensiones que opera en Chile suscita polos casi opuestos en la población. Las bajas jubilaciones de las personas invitan a esgrimir una opinión, muchas veces sin conocer en detalle cómo opera el sistema. Ya sea a favor, o en contra, algunas críticas resultan entendibles, más no justificables. He ahí la importancia de la información: poder esgrimir opiniones con verdadero peso. Dado esto, más allá de convencerlo de estar a favor o en contra, resulta valioso partir entregando información al respecto de manera informativa.
El Sistema AFP
A finales de 1980 entró en vigencia el actual sistema de generación de pensiones en Chile, conocido como sistema de capitalización individual o sistema de AFPs. Este mecanismo se basa en la teoría de que cada trabajador en el país debe generar su jubilación a partir del ahorro periódico de un porcentaje de sus salarios. Para velar por la periodicidad del ahorro el Estado obliga a que cada trabajador dependiente cotice un 10% de su renta mensual en una cuenta individual de dinero, gestionada por una Administradora de Fondos de Pensiones (AFP). Las AFP son empresas que por ley deben invertir los ahorros de las personas en instrumentos del mercado financiero, de forma que el dinero ahorrado genere rentabilidad en el tiempo. A cambio de este servicio los trabajadores deben pagar comisiones mensuales a las AFP, y al momento de jubilarse.
Los Costos de las AFP
Las comisiones mensuales varían por AFP. Actualmente operan 6 administradoras de pensiones en Chile. Todas cobran un porcentaje sobre el salario mes a mes, el que oscila entre el 1,54% y 0,47% de la renta imponible. El detalle de los costos de AFPs lo aporta la Superintendencia de Pensiones en el siguiente link: http://www.spensiones.cl/safpstats/stats/apps/estcom/estcom.php
Los trabajadores pueden elegir cual AFP administrará sus ahorros. Una vez que las personas realizan esta elección, deben elegir en cuál o cuáles fondos quiere que sus ahorros se inviertan. Para ello existen 5 fondos: A, B, C, D y E. Estos fondos se diferencian entre sí por los porcentajes de dinero que se invierten en instrumentos de renta variable (acciones, monedas, materias primas y otros) y porcentaje de dinero invertido en instrumentos de renta fija (cuentas bancarias, depósitos a plazos y otros).
El Fondo A es el de mayor riesgo, dado que se invierte entre un 40% y 80% del dinero en instrumentos de renta variable. En línea similar, en el fondo B se invierte entre un 25% y 60% del dinero en instrumentos de renta variable, mientras que en el fondo C entre un 15% y 40%. Mientras tanto en el fondo D se invierte entre un 5% y 20% del dinero en instrumentos de ganancia variable y finalmente en el fondo E entre un 0% y 5%.
Lo que no se invierte en instrumentos de renta variable se invierte en instrumentos de renta fija. Dado esto se dice que el fondo E es el más seguro, puesto que casi la totalidad de los ahorros se destinan a la inversión en cuentas bancarias, depósitos a plazos, bonos y pagarés.
¿Cuál fondo es más rentable?
No existe una regla para determinar qué fondo es más rentable que otro. Lo que sí se puede asegurar con certeza es que las condiciones de la economía son variables año a año, mes a mes y día a día. Dependiendo de cuáles sean esas condiciones, algunos fondos se ven favorecidos y otros se ven perjudicados.
Suponga que usted va de viaje a Estados Unidos. Usted deberá elegir la ropa apropiada de equipaje dependiendo de cómo estará el clima allá. Si usted viaja entre junio y agosto probablemente deberá llevar ropa ligera. En tanto, si usted viaja entre octubre y diciembre probablemente deberá llevar ropa de abrigo. Lo mismo sucede con los fondos de la AFP. La decisión de qué fondo será más conveniente para depositar sus ahorros, dependerá de la economía.
De todas formas las estadísticas tienen mucho que decir. Desde 2004 hasta la fecha el fondo A ha sido el más rentable, excepto el año 2008, 2011 y 2014. El año 2008 todos los fondos sufrieron pérdidas, visiblemente producto de la crisis económica desatada en Estados Unidos. En tanto, el 2011 el fondo A, B y C sufrieron pérdidas, mientras que el D y E ganancias. Finalmente el año 2014 todos los fondos anotaron ganancias, sin embargo el fondo C se impuso con un 9% de rentabilidad real al 8,86% del fondo A.
Las Pensiones en Chile
En la teoría el sistema de capitalización individual pareciera ser correcto. Las personas ahorran mes a mes de sus sueldos el dinero necesario para una vejez próspera, pudiendo elegir en qué y a través de quién ahorrar. Pero entonces: ¿Por qué el sistema es tan criticado?
De acuerdo a la Superintendencia de Pensiones en marzo de 2016 el promedio de las pensiones por vejez pagadas en Chile fue de 7,24 UF. Esto equivale aproximadamente a $187.790 pesos. Dicha cifra representa el 75,1% del salario mínimo vigente, establecido en $250.000 pesos, y un 40% del salario medio de los ocupados, cifrado en $473.250 por INE en 2014. Este monto de jubilación sería coherente con la distribución de los salarios en Chile, de acuerdo a la misma fuente oficial: el 58% de los ocupados ostenta un salario igual o inferior a $362.250 pesos.
Por supuesto los promedios aportan un panorama general. Algunas personas han logrado aspirar a una jubilación superior a $187 mil pesos, mientras que otros a una menor. Sin embargo en estadística los promedios constituyen el primer paso hacia una revisión más exhaustiva.
Reflexión
¿Por qué las pensiones son tan bajas? ¿A quién o quiénes recae la responsabilidad? ¿Es necesario refundar el sistema? Estas son preguntas que surgen inmediatamente tras esta lectura. Sin embargo, para responderlas, se requiere mayor información, la que expondremos en una próxima columna.
Por el momento es importante entender que las pensiones en Chile, en promedio, son bajas. El resultado pareciera ser coherente con los bajos salarios en el país. No obstante, la coherencia no nos debiera invitar a la tranquilidad, sino más bien al deseo de revertir esta magra tendencia.
En Chile cada trabajador genera su pensión a partir de los salarios que ostenta durante su vida laboral. Hasta la fecha este resultado es bajo. ¿Responsabilidad del Estado? ¿Culpas de las AFPs? ¿Baja tasa de ahorro? Preguntas que ameritan un profundo y extenso análisis, idealmente inmune a convicciones políticas. En lo que debemos concordar es que, pareciera ser, que con la esperanza actual no basta para una próspera vejez. ¿No será esta la mejor razón para reflexionar sobre la necesidad de ahorrar más y mejor? Quizás esta podría ser la gran razón para conocer de qué se tratan los Fondos Mutuos. CH H