Los principales riesgos del uso de calefactores o estufas son las quemaduras por contacto, la intoxicación química por Inhalación de gases (monóxido de carbono) y los incendios. Así lo señala el docente de la carrera de Técnico en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Cristian Díaz. Por eso es necesario tomar las debidas precauciones, considerando que durante esta época del año el uso de sistemas de calefacción se hace más frecuente.
“La estufa más segura es la que respeta las normas básicas, es decir, la que tiene mantenciones anuales al día, protecciones de los puntos calientes o que se ubica fuera del área de tránsito al interior del hogar”, indica el especialista.
Considerando la gran oferta de estufas que hay en el mercado, el experto advierte cuáles son los riesgos de cada una, dependiendo de su tipo:
–Gas licuado: Inflamación por rotura de manguera, mala postura del regulador al cilindro del gas o voltear el cilindro para sacar su contenido. “Para evitar riesgos, utilice flexibles metálicos en reemplazo de mangueras; nunca voltee el cilindro de gas, ya que esto daña el regulador y genera que la presión del cilindro pase directamente al quemador, provocando el apagón de la llama y posterior fuga de gas. Asimismo, cuando cambie el cilindro de gas, utilice una mezcla de agua con jabón líquido y busque potenciales fugas; esto demora un par de minutos y hace la diferencia en su seguridad”.
–Parafina: Intoxicación química por mala combustión, lo que hace que emane gases tóxicos (CO2; SO2;NOx). “Las estufas deben tener una mantención anual pre periodo de invierno. En las estufas a parafina se recomienda cambiar la mecha de quemar y si tiene dispositivos eléctricos, llevarla al servicio técnico para una adecuada mantención anual. Por otro lado, recuerde siempre mantener una buena ventilación de la habitación, considerando que la renovación del aire debe ser a lo menos dos veces por hora. Al encender una estufa a parafina, preste atención a su entorno para evitar que las cosas adyacentes puedan quemarse. En caso que la estufa se inflame, no intente apagarla con agua, ya que no dará resultado. Intente con arena. Una buena medida también es colocar tierra en su perímetro, ya que si llega a escurrir parafina, ésta quedará confinada a un área, evitando que se esparrame y, con ello, minimizando el riesgo de incendio”.
–Pellets y leña: Este tipo de calefactores tienen tiro directo al ambiente, por lo que no existe el problema de intoxicación, pero sin duda son las que producen más quemaduras por contacto e incendios. “Estas estufas deben ser mantenidas anualmente, tanto en su cámara de combustión como en el ducto de salida. Además, deben contar con protecciones para niños o mascotas para así evitar contactos accidentales. Estas estufas se incendian por el tiro y su combustión es muy rápida. La persona solo sentirá un ruido subsónico que le llamará la atención. En este caso, deje que se consuma la carga de combustible y, como el riesgo de incendio está dado por el entretecho, verifique que el ducto esté en buenas condiciones y no esté tomando contacto con elementos estructurales de la casa, por ejemplo, con las cerchas”.
–Eléctricas: Estas estufas son muy beneficiosas al tener cero polución y no emitir gases, dado que no existe combustión. El principal riesgo está dado por la falta de mantención que pueda generar un accidente eléctrico y descuidos con el entorno donde esta se instala. “El calor se produce al energizar un material, transformando la energía en calor para luego irradiarlo en su entorno. El principal riesgo de este electrodoméstico está en la energía que utiliza, es decir, en la energía eléctrica, por lo que la inspección visual pre-uso y las mantenciones anuales son esenciales para mantener un control de los riesgos de estos equipos. Las estufas eléctricas al siniestrarse, quemarán su materialidad como las protecciones de los cables y el mayor riesgo de incendio es al tomar contacto con otras cosas en su entorno, por ejemplo ropa o juguetes. Los sistemas eléctricos en nuestras casas cuentan con sistemas disyuntores, por lo que la energía eléctrica se cortará y de esa forma la estufa deja de ser el problema. Recuerde que es el entorno el que se combustionará”.
–Calefacción central a gas o con caldera a petróleo: Este tipo de calefacción debe contar con una certificación de instalación por parte de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), por lo que su diseño, instalación y/o mantención debe hacerse por personal acreditado. “El principal riesgo que conllevan son el suministro de energía y la localización de esta (gas o petróleo). Por ello se deben mantener las áreas de almacenamiento libre de materiales combustibles”. CH H