La polémica entre los médicos veterinarios y el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) se desató. La docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico, Sylvia Arrau, explica los efectos que tendría este cambio de interpretación de la ley en el ejercicio diario de la profesión. “La gestión del botiquín siempre ha sido aplicada para fármacos sujetos a restricción, no para productos de uso rutinario, como sueros cristaloides y coloides, corticoides, aines, antibióticos, oncológicos, etc. Además, la aprobación de uso de botiquín tiene como prerrequisito la obtención de resolución sanitaria del establecimiento donde está ubicado y almacenado este botiquín, y las clínicas legalmente no requieren de esta resolución, lo que implica que la gran mayoría de estas no la posea”, aclara.
Con ello, el colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), amenazó con presentar un recuerso de protección ante la corte de Apelaciones de Santiago, planteando que la gravedad de la medida tomada por el ISP radica en que la nueva interpretación de la normativa restringe el acceso a un importante arsenal terapéutico de fármacos de uso humano que es usado rutinariamente en el ejercicio clínico de la profesión. “Esto imposibilita el ejercicio profesional adecuado por parte de los Médicos Veterinarios, que no podrán acceder ni aplicar las terapias más adecuadas y validadas. Esto además podría generar en el corto plazo quiebres de stock en Clínicas Veterinarias, bloqueo en el acceso a fármacos a profesionales independientes, proliferación del mercado negro, aumento de aranceles de las atenciones médico-quirúrgicas y otras externalidades negativas”, señalaron mediante un comunicado.
El ISP respondió asegurando que no están multando a los médicos veterinarios por el uso de medicamentos de humanos en animales, sino que sólo están fiscalizando el complimiento de la normativa que obliga a tener un botiquín autorizado.
Temidas consecuencias
Esta nueva restricción o fiscalización activa de la ley traería graves consecuencias en las labores diarias de los veterinarios y afectaría el tratamiento de las mascotas y otros animales. “Actualmente el mercado de productos veterinarios en Chile es pequeño y acotado. No poseemos toda la batería de fármacos para tratar a nuestros animales, lo que se evidencia por ejemplo en situaciones de deshidratación grave por enfermedades como el parvovirus, donde necesitamos sueros cristaloides y coloidales; en inflamación o edema, corticoides y aines; en enfermedades relacionadas con la inmunidad o autoinmunidad, inmuno moduladores; productos oncológicos para tratar el cáncer; en el caso de intoxicación con rodenticidas, el uso de vitamina k1, por solo mencionar algunos”, describe la Doctora en Ciencias Farmacéuticas.
Así, con el acceso restringido de fármacos de uso humano, los tratamientos para las mascotas se verían entorpecidos. “Con respecto de las benzodiacepinas, que pertenecen a la lista de fármacos restringidos por la ley de psicotrópicos, sirven para relajar la musculatura, controlar las convulsiones en animales epilépticos o pro convulsivos, entre otras funciones. Sin estos fármacos, los médicos veterinarios nos encontramos con las manos atadas, ya que nuestros pacientes (los animales) estarían corriendo serio riesgo de muerte”, recalca la académica de la U. del Pacífico.
Protestas
Mientras se resuelve el conflicto, médicos veterinarios junto a grupos animalistas están convocando a manifestarse contra esta medida, bajo el lema “NO a la normativa del ISP”. El primer llamado es a protestar este viernes a las 11.00 horas, en el frontis del edificio del ISP ubicado en Av. Marathon, en Santiago.
También los profesionales se están organizando en Concepción, donde invitan a marchar este 5 de febrero desde la Plaza Perú a las 18.00 horas. CH H
