Se acerca el cambio de estación, por lo que las temperaturas comienzan a elevarse lentamente, situación que puede perjudicar nuestro sueño, según el estudio elaborado por la Escuela Médica de Harvard y el Marcus Institute for Aging Research.
La investigación contempló observaciones a un grupo de 50 voluntarios de 60 años, a quienes se les tomó mediciones respecto a sueño en diferentes temperaturas, lo que arrojó que sobre los 25°C la calidad del dormir era más deficiente.
Acorde a los resultados recogidos por los investigadores, a través de la utilización de monitores de sueño y sensores ambientales, con los que se evaluó la duración, eficiencia y la inquietud del sueño, cuando la temperatura subió de 25°C a 30°C la eficiencia se redujo desde un 5% hasta un 10%.
Con esto, se determinó que la temperatura “óptima” para tener un sueño reparador que permita descansar es de 20°C a 25°C. Lo que ayudaría con el control de la azúcar en la sangre, que se ve afectada por el mal dormir, también con el rendimiento cerebral, el estrés, la ansiedad y la fatiga. CHH