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Hasta el 58% de la energía de una vivienda se utiliza para calefaccionar. Así lo afirma el académico de Ingeniería Civil de la Universidad San Sebastián, Nelson Sanhueza, quien entrega las recomendaciones clave para que esta energía calórica no se escape de nuestro hogar.
35% del calor se pierde por las paredes hacia afuera Aquí la solución está en aislar de manera correcta la construcción, pero cuando el tiempo apremia, una medida práctica es evitar que se humedezcan los muros y se pierda temperatura rápidamente. Se trata de la condensación: “como no hay traspaso de aire entre el interior y exterior, se acumula humedad relativa dentro de la casa. Para evitar esto, en la hora de mayor temperatura, hay que ventilar la casa para que la humedad del interior y exterior se ecualicen».
25% entre las ventanas y puertas “Las cortinas gruesas son una alternativa. Tienen un gramaje importante y el espacio que se genera entre la cortina pesada y las ventanas es aire atrapado que impide el traspaso de la energía calórica hacia afuera. Es decir, genera aislación”. Se recomienda una cortina gruesa que atrape.
35% del calor se va por el techo y otro 7% por el piso Sectorizar la casa es la opción. “Hay zonas de la casa que no se usan de noche, por ejemplo, entonces, se pueden cerrar las puertas para mantener el aire en un espacio más pequeño. Es decir, dejar que la calefacción funcione en las habitaciones del hogar que se están usando”.
El 5% restante se pierde por corrientes de aire “El otro porcentaje de calor, se pierde por las corrientes de aire que se generan en ventanas mal selladas, en rendijas de puertas”. Frente a esto, todas las medidas que sirvan para atrapar el aire y que no se pierda el calor, sirven. “Tapar las rendijas debajo de las puertas es siempre buena opción. Con esto, al menos 10% de las temperaturas que podemos perder, ya no se pierden”. CH H