Con la llegada del verano, aumenta muchísimo el consumo de frutas y verduras. Esto es muy bueno para la mayoría de las personas, pero en ciertos casos, podría generar problemas de salud. Un ejemplo de esto es la interacción que puede ocurrir cuando una persona con epilepsia consume ciertos alimentos.
Además del tratamiento farmacológico y controles a permanencia, más los cuidados para evitar desencadenantes de crisis -como tener una rutina del sueño adecuada, cuidarse de los cambios repentinos en la iluminación o centelleos, entre otros-, quienes padecen de este desorden del sistema nervioso central necesitan tener en consideración lo que ingieren. Esto va más allá de evitar el consumo de alcohol, sustancia que puede gatillar importantes crisis epilépticas.
Es así como entidades como la Epilepsy Society del Reino Unido aconsejan no comer frutas como el pomelo y la granada. Esto, porque existen indicios de que ingerir estos dos cítricos puede derivar en que los efectos secundarios de los medicamentos para mantener a raya esta enfermedad, se vean agudizados.
“Dependiendo del medicamento que tome cada paciente, estos efectos secundarios pueden incluir mareos, náuseas, dolores de cabeza, vómitos, vértigo, fatiga, ataxia, temblores y visión nublada, entre otros”, explica la químico farmacéutico Paula Molina.
“Además de evitar estos alimentos, es muy importante mantener una dieta balanceada que incluya carbohidratos, grasas en bajas cantidades, proteínas, vegetales y fruta, y sin cambios demasiados bruscos”, agrega y profundiza, “tener una alimentación equilibrada no sólo ayuda a tener una buena salud general, sino que permite mantener patrones de sueño ordenados y eso disminuye las posibilidades de caer en crisis. Tomar cantidades adecuadas de agua también es esencial, pues otro gatillante es la deshidratación”.
Para finalizar, la profesional enfatiza en la importancia de la alimentación entre los cuidados de esta afección neurológica: “La epilepsia ya es una enfermedad compleja por sí misma, por lo tanto, es necesario tomar todas las medidas necesarias para no generar riesgos innecesarios para los pacientes”. CHH