HOGAR

Los diez errores más comunes que los amos cometen con sus perros

No educarlos desde cachorros, castigarlos frecuentemente y usar la comida como un premio son algunos de los errores que se cometen.

Las mascotas son animales que acompañan a sus amos en innumerables procesos durante varios años. La convivencia no es siempre fácil y ambas partes deben ceder en determinadas situaciones.

Si su mascota rompe objetos de la casa y se comporta rebelde, quizás es tiempo de preguntarse qué está haciendo mal como amo en el proceso de crianza y cuidado del animal. “Muchas veces los problemas derivan de una falta de socialización cuando ellos son pequeños, demasiada permisividad, sobreprotección, o incluso maltrato o agresividad innecesaria hacia las mascotas”, describe la doctora Sylvia Arrau, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad del Pacífico.

En base a su experiencia, la médico veterinaria da cuenta de los diez errores más comunes que los amos cometen con sus mascotas:

No educarlos desde cachorros: Gran error. Si no se los educa de pequeños, la mascota puede pasar de ser un gran amigo del hombre a ser la causante de serios disgustos familiares.

Darles demasiados premios: Toda gratificación debe ser en cierta medida. El premio no necesariamente debe ser siempre alimento, sino que también puede ser salir a dar una buena caminata, lo que para la mayoría de los perros es un gran incentivo.

Castigarlos frecuentemente: El castigo debe hacerse en el momento en que el perro está cometiendo la falta. Por ejemplo, cuando está orinando en un lugar que no se debe. El castigo después del acto no sirve, ya que el animal no entenderá porqué lo castigan. Si se decide castigar, debe ser un correctivo, es decir, modificar el tono de voz o gesticular. Nunca violencia física.

Usar la comida como un premio. El adestramiento a veces recurre a esta técnica. El premio no siempre debe ser comida (punto 2). La comida no debe ser tan diferente a la habitual (galletas o alimentos específicos), nunca comida de casa.

No socializar a la mascota: Este es un grave error. Mantener a la mascota encerrada sin contacto social es una equivocación, sobre todo en las primeras etapas de aprendizaje. La mascota debe acostumbrarse a las personas y a las visitas, ya que es parte de su proceso de sociabilización. Hay excepciones como son los perros guardianes o que cumplen funciones específicas, a los cuales se les enseña a no dejarse tocar por cualquiera.

Nunca decirle “No”: Los malos comportamientos se corrigen en el momento, no se deben dejar pasar. Se debe corregir con energía, nunca con violencia, episodios como mordedura de objetos, micción o defecación inapropiada.

No incentivar juegos violentos con el animal: Evitar medir fuerzas o la violencia de un ataque; no fomentar los mordiscos, golpearlo o empujarlo para desencadenar rabia o que haga que se sienta amenazado o atemorizado. Los juegos de tracción de un objeto o cuerda pueden estimular el comportamiento agresivo en el perro. Es preferible compartir actividades más distendidas y sanas, como tirar del disco o pelota, salir a trotar con él, enseñarle trucos a traer y llevar, entre otras.

Acostumbrarlo a dormir en la cama de dueño: Es una mala práctica, ya que va en contra del aprendizaje de la mascota sobre la jerarquía. Esto es un error, sobre todo en los animales más dominantes o agresivos.

Atribuirle características humanas (o pensar que la mascota es un hijo): Humanizar al animal deforma su carácter. Vestirlo con mucha ropa, pintar sus uñas o teñir su pelo es negativo, ya que refuerza un comportamiento errado y es un atentado su naturaleza.

Dejar a la mascota mucho tiempo sola: Es negativo, ya que puede generar conductas impropias. Si necesita dejarla sola por asuntos de trabajo, debe hacer el cambio de manera paulatina hasta que se acostumbre a estar sola de manera tranquila durante unas horas al día. CH H