La semana pasada las alarmas se encendieron luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informara que existen evidencias científicas que determinan que el consumo de carnes procesadas puede causar cáncer. Pero ¿cuál es la carne procesada? El estudio de la OMS determina que se considera “cualquier tipo de carne que ha sido transformada con sal, curación, fermentación, ahumado, para mejorar el sabor y preservar el alimento”; En otras palabras: salchichas, hamburguesas de carne picada y embutidos.
Según la nutricionista de la Universidad del Pacífico, Ana María Neira, La carne roja es uno de los alimentos principales de la dieta de los chilenos, y esto debe “a la mayor oferta, al menor precio y la mayor facilidad de preparación, hemos aumentado el consumo de carnes procesadas como vienesas, hamburguesas y cecinas”, por lo que hace un llamado a llevar una alimentación equilibrada con estas recomendaciones:
Disminuir el tamaño de la presa a consumir (debe ser del tamaño de la palma de la mano).
Preferir carnes frescas a las procesadas.
Variar entre pollo, pavo, pescado, mariscos, carnes de vacuno y cerdo.
Preferir las parrillas eléctricas o a gas, por sobre las de carbón. Esto porque el humo también es cancerígeno, además de contaminar las carnes.
Aumentar el consumo de guisos, donde la carne es un ingrediente más y no lo central del plato.
Atreverse a cocinar con ingredientes “nuevos” como el tofu, quínoa, algas y diversos hongos, que aportan diversidad de nutrientes y sabores.
Aumentar el consumo de frutas y verduras, porque éstas permiten inhibir los elementos cancerígenos de las carnes.