Para nadie es novedad que diciembre es uno de los meses más estresantes: se termina el año laboral y con esto sus exigencias, los niños regresan a la casa a tiempo completo, pues salen de clases y lo peor es que los gastos aumentan al doble por lo que hay que hacer malabares con las platas para que alcance para todo, entre otras cosas.
Una de las maneras que podemos enfrentar todo este estrés, es a través de la acupuntura, medicina tradicional china que puede contribuir desde varios frentes para evitar o paliar estos trastornos de fin de año. Para Gianfranco Maggiolo, acupunturista de la Escuela de Medicina y Cultura Oriental y Master en Acupuntura y Moxibustión en general, dentro de los motivos de consulta más frecuentes asociados al período de fin de año se encuentran las cefaleas, síndrome del colon irritable y otras patologías funcionales del tracto digestivo, trastornos del sueño, trastornos ansiosos, etc. “El objetivo principal del tratamiento acupuntural es normalizar el flujo del Qi, restableciendo el equilibrio dinámico del paciente. Una de las formas más básicas y gráficas de describir el desequilibrio que presenta un paciente es utilizando patrones Yin y Yang. Por una parte, un paciente en el que predomine el Yin se observará un estado de ánimo deprimido, astenia física y/o mental, cansancio, tendencia al frío, etc. Por el contrario, un paciente con el Yang exacerbado manifestará un estado anímico irritable, insomnio, sensación de calor corporal, intranquilidad mental, en otras cosas”, comenta Gianfranco Maggiolo.
¿Cómo funciona la terapia?
La medicina china tradicional existe desde hace por lo menos 2.500 años. Desde sus inicios siempre ha considerado que el cuerpo humano está constituido por un sistema de flujos de energía que siempre deben estar en equilibrio. Para diagnosticar si están en su punto correcto se utiliza la estimulación de distintos puntos de cuerpo los que corresponden a las áreas que tienen una mayor conducta eléctrica. “Cuando estos flujos son equilibrados el cuerpo está saludable. El procedimiento parte tomando el pulso a los pacientes y examinar su lengua para diagnosticar desequilibrios de energía. En la medicina china pueden tomarse los pulsos en tres posiciones en cada muñeca y a tres profundidades en cada posición. Dentro de este proceso pueden incluirse algunos ejercicios respiratorios y físicos propios de la medicina china que promuevan la normal y fluida circulación del Qi – concepto chino de energía y las funciones biológicas que de ella se derivan – así como el correcto funcionamiento de los diversos órganos y sistemas”, señala el acupunturista.
Cuando los síntomas ya están presentes el objetivo será diseñar un tratamiento que controle o elimine los síntomas de manera tal que los resultados obtenidos durante el tratamiento se prolonguen en el tiempo y logrando así un incremento general de la calidad de vida del paciente más allá del síntoma específico que motiva su consulta. “Una vez diseñado un tratamiento según el paciente, éste suele ser aplicado sobre una camilla procurando una posición cómoda pues, en el caso de la Acupuntura, y una vez que las agujas han sido ubicadas en los puntos seleccionados, el paciente deberá permanecer con ellas un tiempo variable que promedia los 20 minutos. Durante este tiempo de retención de las agujas, es frecuente que deban manipularse de forma periódica para lograr o incrementar el efecto deseado. Una vez transcurrido el tiempo necesario, las agujas son retiradas y desechadas en contenedores especiales. Las agujas utilizadas siempre deberán ser estériles”, asegura Gianfranco Maggiolo.
Ahora tenemos la posibilidad de enfrentar de buena forma este periodo dan estresante de la mano de una terapia saludable, segura y utilizada por miles durante miles de años, la acupuntura.