El 8 de marzo de 1977 la Organización de Naciones Unidas (ONU) determinó que esa fecha sería considerada el día internacional por los derechos de la mujer y la paz internacional. La conmemoración, no surgió con la finalidad de celebrar. Más bien, su propósito era conmemorar un trágico episodio en la historia.
La muerte de 146 trabajadoras de una fábrica de camisas en Nueva York, tras ser encerradas por sus empleadores, fue el hito que dio inicio al día que rememora la lucha de las mujeres por obtener más derechos.
Las trabajadoras se habían quejado por sus precarias condiciones de trabajo, hecho que molestó a sus jefes y fueron encerradas en un edificio de 10 pisos que, según relata la historia, fue incendiado por órdenes de los empleadores.
A 110 años desde que ocurrió la tragedia, el movimiento feminista ha cobrado mayor protagonismo, y son muchas las mujeres que cuestionan el carácter de celebración que se le ha dado a la fecha. Bernardita Ruffinelli, comediante feminista, señaló a El Mostrador que “el día de la mujer es un espacio para conmemorar, no para celebrar. Tiene que ser necesariamente un espacio de conmemoración, de recordar a todas aquellas que vinieron antes de nosotras, que sufrieron; que lo pasaron mal; aquellas que hoy siguen siendo reprimidas; aquellas que hoy siguen siendo no completamente libres”.
Asimismo, la comediante es enfática en recalcar que “la mejor manera en que un hombre puede conmemorar junto a nosotras, que puede mostrar el espacio y valoración que tiene por todas las mujeres que lo rodean, es que se ponga en nuestros zapatos”.
“La sociedad está al debe todavía en cosas súper básicas que tienen que ver con la visibilización de las mujeres y por sobre todo en creer que se le debe dar un espacio a la mujer, y no creer que la mujer tiene un espacio ganado y es de ella”, afirmó. CHH