Por: Carolina Silva, Kinesióloga especialista en disfunciones del piso pelviano
Cuando se presenta dolor durante o después de las relaciones sexuales, estamos frente a una condición llamada Dispareunia. Este dolor a la penetración puede deberse a muchos factores entre los que se encuentran:
Falta de lubricación la cual se puede deber a una baja de estrógenos como sucede durante la menopausia o por la ingesta de algunos medicamentos para la depresión, hipertensión y algunos anticonceptivos.
Trauma o cicatrices dolorosas, entre los que podemos encontrar un desgarro de los músculos del periné o piso pélvico durante el parto vaginal y la cicatriz de la episiotomía la cual se realiza para cortar la piel y músculos del periné de modo que se amplíe el orificio y el bebé pueda salir fácilmente a través del canal vaginal sin producir un desgarro descontrolado en esta zona.
Vaginismo, que consiste en la contracción involuntaria de los músculos del piso pélvico que rodean la vagina y al contraerse generan gran resistencia a la penetración lo que puede desencadenar dolor.
Muchas de mis pacientes llegan desesperadas a la consulta porque debido al dolor o ardor durante las relaciones sexuales, han empezado a evadir sus encuentros con su pareja para no enfrentarse al dolor que genera el roce y la penetración. Sin embargo, una vez evaluadas por un ginecólogo y habiendo descartado cualquier anomalía, inicio con ellas un tratamiento específico que busca tratar la causa física/muscular que ocasiona el dolor durante o después del roce y la penetración.
Tratamientos:
En el caso de la deficiencia hormonal, junto al tratamiento médico con terapia de reemplazo hormonal, realizamos también ejercicios vaginales que mantengan los músculos del piso pélvico en buenas condiciones con un tono normal que no se oponga a la penetración y se aconseja usar siempre lubricante íntimo en las relaciones sexuales.
En el caso de que se haya presentado un trauma en la zona vaginal o del piso pélvico o que se presente una cicatriz dolorosa, se trabajan técnicas de masaje perineal y masaje específico de desensibilización de la cicatriz, evitando o deshaciendo adherencias que puedan haberse formado y que al rozar o elongar, generan dolor. También se utilizan medios físicos como calor profundo (ultrasonido) para liberar estas adherencias y restablecer la flexibilidad de los tejidos.
En cuanto al vaginismo, éste es una condición que puede ser tanto causa como consecuencia de la dispareunia puesto que una paciente que tiene miedo al dolor o piensa que le dolerá la penetración y que desencadena una contracción involuntaria de los músculos del piso pélvico, generará una resistencia enorme a la penetración la cual, si se logra realizar, producirá gran dolor debido principalmente por la gran tensión de los músculos perineales que cierran fuertemente la vagina.
Por otra parte, si la paciente siente frecuente dolor durante o después de la penetración, entonces puede desencadenar vaginismo al apretar involuntariamente sus músculos del piso pélvico como respuesta protectora ante el dolor, lo que impedirá la penetración.
El manejo de la dispareunia, sin importar su causa, debe ser integral, patiendo con la evaluación de un médico ginecólogo y siguiendo con el tratamiento del aspecto físico una kinesióloga que realice las técnicas de toma de conciencia de la zona, masaje perineal, masaje de desensibilización y de ser necesario, dilatación vaginal. Igualmente, es importante contar con el apoyo de un psicólogo/a especialista en sexualidad que oriente y apoye durante todo el proceso.
El dolor durante las relaciones sexuales NO es normal y es una condición que se puede tratar y tiene solución con tratamiento especializado.