Por Carolina Silva, kinesióloga especialista en disfunciones del piso pelviano.
Actualmente, la práctica regular de ejercicio físico es muy recomendada para prevenir y contrarrestar muchas enfermedades. Sin embargo, a mi consulta llega gran cantidad de pacientes (hombres y mujeres), que no entienden por qué presentan disfunciones a nivel de los músculos del piso pelviano siendo deportistas o entrenando regularmente en el gimnasio.
La causa de disfunciones como incontinencia de orina, incontinencia o escape de gases y la caída de la vejiga, útero o recto en estos pacientes, se debe mayormente a que someten continuamente su piso pelviano a un gran estrés durante el entrenamiento físico al correr, levantar pesas o hacer abdominales.
Entonces, ¿el ejercicio físico está contraindicado para pacientes con disfunciones del piso pelviano? NO. Si bien el ejercicio físico de alto impacto, el levantamiento de pesas y los abdominales tradicionales generan distensión a nivel de las fibras musculares del piso pelviano, dejar de practicar ejercicio no es la solución. Lo correcto es que, así como se entrena el resto del cuerpo durante una rutina de ejercicio, se debe también entrenar con frecuencia y regularidad la musculatura del piso pelviano mediante ejercicios de contracción que mejoren la fuerza y resistencia de esta zona muscular, haciéndola menos propensa al debilitamiento.
Además, es necesario que mientras se realiza esfuerzo físico como el que ocurre al levantar pesas, hacer sentadillas o abdominales y durante el running, se integre la contracción del piso pelviano al esfuerzo, de modo que los músculos pélvicos no se distiendan sobremanera, sino que, por el contrario, mantengan una buena contracción que evite el daño repetitivo sobre sus fibras.
Recomiendo siempre a mis pacientes que continúen realizando ejercicio de forma normal pero que, durante los esfuerzos, contraigan la musculatura del piso pelviano como si quisieran retener la orina o evitar el escape de un gas y sostener esta contracción durante el tiempo que dure el esfuerzo físico. Inmediatamente que se deja de realzar el esfuerzo, se debe permitir también la relajación completa del piso pelviano.
En cuanto a los abdominales tradicionales, recomiendo disminuir su realización y reducir el número de repeticiones, orientando a mis pacientes que presentan alguna disfunción pélvica a realizar abdominales hipopresivos en los que se disminuye la presión al interior del abdomen y, por lo tanto, se favorece la contracción y tonificación de los músculos del piso pelviano, evitando mayores injurias sobre esta zona.
Así que ya sabes, NO pares de hacer ejercicio, simplemente aprende a ejercitar tu piso pelviano y a involucrar su contracción durante tu rutina. Si no estás seguro/a de hacerlo correctamente o te cuesta identificar la zona del piso pélvico, puedes asistir a algunas de mis clases de fitness íntimo para aprender ejercicios y tomar conciencia de los músculos de tu zona íntima. Así podrás cuidar tu piso pelviano adecuadamente. CH H