Por Constanza Trincado, periodista Chicureo Hoy
Para Carla, este trabajo va más allá de hacer joyas para su venta. Crystal Dreams tiene un significado emocional y de resiliencia, algo muy valioso que ha logrado mantener durante muchos años.
Aros, pulseras, anillos, entre otros, son algunos de los elementos que Carla Blanco produce día a día con cristales de Swarovski. Ella se los compra directamente a la marca y en su taller, mediante el uso de herramientas especiales, se dedica a aplicarlas en distintos productos.
Hace 10 años, Carla inició este emprendimiento tan especial para ella. Fue cuando falleció su hijo, producto de seis cirugías al tratar su espina bífida e hidrocefalia, cuando sintió la necesidad de aferrarse a algo que la pudiera sacar adelante y que le permitiera aprender a vivir con ese dolor. Fue duro, pero fue en un viaje donde le aconsejaron dedicarse a alguna actividad que la mantuviera ocupada y así encontró la manera de canalizar este dolor. “Una tía me mostró los cristales. Me senté, agarré las herramientas y fue como si toda la vida lo hubiese hecho. Me encantó y empecé a canalizar mi energía en esto”, señala Carla a Chicureo Hoy.
En esa época comenzó como una terapia que creció con el tiempo. Carla fue la primera persona en Chile en certificarse en este trabajo, creó su propia marca y hoy confecciona originales productos. “Lo mío es hacer diseños únicos. Trato de sentarme con el cliente para encontrar los cristales y colores que más le gusten. La mezcla que se puede hacer es infinita”, cuenta Carla.
Asume que es difícil reinventarse, pero siempre está tratando de hacer diseños únicos. Hace poco viajó a Brasil, donde tomó un curso de aplicación en distintos materiales, como por ejemplo cuero. Además, la línea de cristales que ella utiliza siempre está innovando en colores, tamaños, formas, entre otros aspectos.
Hoy, su principal canal de ventas es su página web www.crystaldreams.cl, donde la gente puede comprar los modelos que están disponibles. Sin embargo, cuando se dan las oportunidades para ir a otros lugares, como ferias o exposiciones, esta emprendedora siempre las aprovecha. “Las ferias siempre son una apuesta. Uno tiene que aportar con diseños novedosos y valores tentadores para que la gente me prefiera. El emprender en Chile es difícil”, afirma Carla.
Un emprendimiento que partió para canalizar un dolor, pero que hoy se ha convertido en la vocación de Carla, el cual la ayudó a salir adelante. Ella cuenta que a 10 años de iniciar esta actividad, mirando hacia atrás, “han sido más las satisfacciones que los malos momentos”. CH H