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Estar embarazada significa un proceso maravilloso para la mayoría de las mujeres, ya que experimentar el proceso de gestar la vida de un hijo en el vientre es una experiencia sin igual. Sin embargo, esta etapa conlleva varias dificultades, incomodidades, complicaciones y hasta enfermedades, durante los nueve meses y en el período posterior al nacimiento, las deben ser seguidas por especialistas o tratadas a través de diversos ejercicios que nos ayudarán a sobrellevar este tiempo de la mejor manera posible.
En este sentido, y tal como señala Scarlet Gebauer, kinesióloga y fundadora de FITmom, “los diversos efectos que produce el embarazo y parto en el cuerpo de una mujer se pueden combatir a través de diversos ejercicios, sin embargo, el método hipopresivo destaca por sobre la mayoría ya que se basa en movimientos que provocan una contracción refleja de la faja abdominal y del suelo pélvico, ofreciendo múltiples beneficios para la salud”.
El método hipopresivo se trata de un ejercicio que consta de una postura inicial (de partida) y un movimiento, logrando una disminución de la presión en las cavidades torácica, abdominal y pélvica. Se parte desde la posición de pie, con el cuerpo inclinado hacia adelante, manteniendo la columna elongada como si un hilo nos tirara desde la coronilla y llevando el mentón hacia adentro (como sacando doble papada).
Al mismo tiempo, se debe inspirar y espirar varias veces, hasta que en la última espiración se suelta todo el aire vaciando los pulmones y bloqueando la entrada de oxígeno por la nariz o la boca. Finalmente, se hace un intento de realizar una inspiración, pero sin tomar aire, dejando que las costillas se abran y sintiendo que el abdomen se hunde. Estos ejercicios se realizan en apnea espiratoria, aunque también se pueden realizar respirando normalmente, en el caso de pacientes hipertensos.
“La idea de este método es reprogramar la faja abdominal y la musculatura del suelo pélvico, la que, debido a los constantes aumentos de presión abdominal que ejercemos en la vida cotidiana como toser, reír, cargar pesos, ciertos deportes, ejercicios mal ejecutados, embarazo, entre otros, deja de ejercer la función para la cual está diseñada, que es la de ser soporte de los órganos internos, ya sean abdominales y pélvicos”, agrega Gebauer.
Dentro de los objetivos, el principal es reducir el perímetro abdominal aportando mejoras estéticas, posturales y funcionales. Además se busca prevenir distintos tipos de hernias, incontinencia urinaria, mejorar el parámetro respiratorio, proteger la zona lumbopélvica, y disminuir y/o prevenir el edema e hinchazón de piernas.
Y por el lado de los beneficios, según destaca la kinesióloga, “está la reducción del perímetro de cintura y el aumento del tono del suelo pélvico, previniendo complicaciones comunes del embarazo y parto, como lo es la pérdida involuntaria de orina (incontinencia). Además, disminuye los dolores de espalda debido a que provoca una separación y descompresión de las vértebras. Mientras que, desde el punto de vista estético, reduce el perímetro de cintura y mejora la postura”.
“Finalmente, ayuda a evitar la aparición de hernias y prolapsos, los que se producen por los aumentos de presión al realizar ciertos esfuerzos, como toser o estornudar, entre otros”, concluye la especialista. CH H