NIÑOS

¿Cómo detectar si tu hijo está siendo víctima de bullying?

Este informe recoge las respuestas de una encuesta realizada en 2016 entre 100 mil jóvenes de 18 países sobre su experiencia en relación con el acoso escolar.

Foto: parabebes.com

La red social U-Report del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y  el Representante Especial del Secretario General sobre la Violencia Contra los Niños, elaboraron un informe titulado “Acabar con el suplicio: cómo abordar el acoso escolar, desde el patio del colegio al ciberespacio”, el cual recoge las respuestas de una encuesta realizada en 2016 entre 100 mil jóvenes de 18 países sobre su experiencia en relación con el acoso escolar.

El informe reveló cifras preocupantes: el 25% de los jóvenes afirma haber sufrido alguna forma de acoso debido a su apariencia física, otro 25% por motivos de género u orientación sexual y otro 25%, en razón de su origen étnico o nacionalidad.

“La violencia escolar o matonaje es una conducta que se ha detectado en Occidente con cierta regularidad desde mediados del siglo XX. Sin embargo, su dimensión aún es meridianamente desconocida, esto en gran parte porque los acosados silencian sus experiencias y es imposible saber con exactitud cuántos niños y adolescentes han padecido o padecen violencia sistemática por parte de un compañero; especialmente durante el período de los nueve a los catorce años. Lo que sí es posible afirmar, dados los estudios a nivel mundial, es que casi la mitad de los niños en edad escolar en todo el mundo han participado de una situación de bullying o matonaje, en forma de violencia psicológica, agresiones físicas o sexuales”, señala la psicóloga y docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico, Susana Arancibia.

Una realidad preocupante de la cual no hay cifras actualizadas en Chile. Según la encuesta realizada entre escolares de octavo básico y cuarto medio de todo el país, por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (Conace) en 2003, en general son los varones quienes participan preferentemente en agresiones de tipo directo: 54% los hombres versus 34% las mujeres.

Otro estudio realizado el 2004 por UNICEF, mostró que la discriminación en la escuela está presente en el 31% de los alumnos de entre 12 y 18 años. De éstos, se sienten más discriminados los hombres y los niños de ambos sexos entre los 12 y 13 años.

El concepto de bullying se utiliza para hacer referencia a agresiones repetidas, entre personas de características similares (misma edad, mismo curso académico, mismos gustos, etc.) y en cuyos actos agresivos aparece una desigualdad de poder; un control de una persona –o varias– sobre otro.

Por lo mismo, existen diferentes tipos de bullying. “El bullying puede ser físico (empujones, patadas), verbal (insultos, resaltar condiciones físicas desfavorables), psicológico (acciones encaminadas a minar la autoestima de la víctima como amenazas o agravios públicos), o social (pretende aislar al individuo del resto). Estos tipos de violencia escolar pueden combinarse y darse en mayor o menor medida en un caso concreto”, afirma la psicóloga Arancibia.

¿Cómo detectar que un niño está siendo víctima de bullying?

“Algunas de las manifestaciones más comunes de la presencia de bullying en los escolares es que pueden presentar dificultades para dormir, dolor abdominal, agresividad, conductas regresivas, rebelión, etc. En los preadolescentes y adolescentes estos signos se agudizan, con la dificultad adicional para los padres de poder determinar si la conducta observada es parte de los cambios propios de la etapa que viven o una alteración mayor”, acota la psicóloga Arancibia.

La especialista añade que algunas de las manifestaciones a las que se debe poner atención son las conductas agresivas y autoagresivas en el hogar y/o hacia los compañeros, trastornos de alimentación, conductas de riesgo y/o autodestructivas. “Junto a esto es fundamental observar si el niño o adolescente presenta heridas o moretones importantes en su cuerpo, si llega del colegio con el uniforme roto, si comenta que le roban  o esconden sus cosas, partiendo por la colación, entre muchas otras. Un aspecto muy relevante a considerar es cuando evita salir solo del colegio y deja de realizar actividades que antes disfrutaba para encerrarse en su casa, limitando el contacto con quienes previamente reconocía como sus amigos”, concluye la docente de la Universidad del Pacífico, Susana Arancibia. CH H.

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