Cifras de la Unesco del 2014, indican que la repitencia escolar en Chile prácticamente se ha duplicado en un lapso de 6 años, situación que preocupa.
Termina el año académico y mientras la mayoría de los estudiantes celebran la promoción de curso, otros asumen con tristeza la repitencia escolar. Noticia que suele ser bastante frustrante y ocasiona una serie de reacciones negativas.
“Es importante que frente a este evento, más que buscar culpables se realice un proceso de reflexión, con el propósito de comprender lo ocurrido, visibilizando que las responsabilidades son compartidas entre todos los actores de la comunidad académica, es decir, los apoderados del estudiante que repite, el propio estudiante y el colegio”, señala la docente de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Guila Sosman.
Para la psicóloga, lo anterior ayuda a elaborar los sentimientos negativos y ansiedades ante la noticia de la repitencia. “Esto, considerando que el estudiante se suele afectar, apareciendo sentimientos de tristeza, rabia e impotencia, lo que repercute en su autoestima y motivación para próximos desafíos escolares”, explica.
También es importante mantener una comunicación fluida con el hijo y estar atentos a sus estados emocionales ante la noticia, aconseja la especialista y agrega que no es bueno reaccionar negativamente: “Como padres podemos tender a tener este tipo de reacción a través de retos o castigos, pero esto no es lo más recomendable, porque apunta a que el estudiante es el único responsable de su repitencia y que nosotros como padres no tenemos nada que ver”, indica.
Para hacer “amigable” este proceso, la docente de la Universidad del Pacífico dice que se debe tener en cuenta, como primera cosa, que la repitencia es un cambio que generalmente va en contra de lo esperado por el estudiante y sus apoderados. “Se sugiere que como padres estemos abiertos a escuchar las preocupaciones de nuestros hijos, intentando no minimizarlas ni quitarles importancia, sino que sintonizando con su pesar ante las pérdidas que van a sufrir, como por ejemplo, que ya no estarán con su grupo de compañeros y amigos. Además se puede apoyar este proceso si somos capaces de resignificar el hecho de la repitencia, percibiéndola como una oportunidad de aprendizaje”, precisa.
Cómo prepararnos para el próximo año
Enfrentados a esta realidad, ya no queda más que preocuparse en los próximos meses para alcanzar la mejor preparación para la vuelta a clases. No obstante, la psicóloga señala que en las vacaciones es importante priorizar el descanso.
“Es fundamental señalar que éste es un tiempo de recreación y descanso necesario para que nuestros hijos posteriormente retomen sus actividades. Es un momento de alejarse de las rutinas y cargas académicas, concentrarse en actividades que no se realizan tan frecuentemente o simplemente tener tiempo de ocio. Es por esto que se recomienda no reforzar materias durante el periodo de vacaciones, sin embargo, las últimas semanas se pueden ir incorporando actividades que ayuden al reforzamiento de hábitos de estudio adecuados, por ejemplo a través de una rutina de lecturas o ejercicios”, comenta Guila Sosman.