La calidad del sueño actúa de manera directa sobre el desarrollo cerebral del niño, especialmente, durante su primera y segunda infancia (desde el nacimiento hasta los 12 años). Según un estudio delo 2019 publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los bebés (de 4 a 11 meses) deben dormir entre 12 y 16 horas al día; y los niños de hasta 4 años deben dormir entre 10 y 13 horas diarias.
El entorno en el que los niños duermen interfiere con la calidad del sueño. Es por esto que a continuación te dejamos algunos consejos a la hora de diseñar las habitaciones de los niños.
Colores suaves
La elección de los colores debe ser coherente con una atmósfera calmada. Por tanto, escoger una paleta de colores que tenga una base neutra, con colores como el blanco, gris, beige o colores pasteles. Esta lógica debe repetirse también en los materiales de los muebles.
Si se quieren incluir colores más fuertes, se pueden definir algunos puntos de color en elementos de decoración, tales como lámparas, ropa de cama, u otros objetos.
Flexibilidad
La idea es planificar una habitación que tenga una distribución con muebles que se puedan mover de un lado a otro, flexible, que sea eficiente y seguro para los bebés, pero que también sea útil en los primeros años de vida del niño o niña.
Elegir una cama baja en lugar de una cuna, o diseñar una cuna que luego pueda convertirse en cama. También puedes aprovechar el espacio interno del armario como cambiador o transformar el espacio de cambio de pañales en una mesa regulable en altura, por ejemplo.
Temperatura
El hechos de sentir frío o calor al dormir hace que la persona se despierte antes de haber completado su ciclo de sueño. Los expertos recomiendan temperaturas entre 18ºC y 20ºC.
Siempre, la ventilación natural será la más efectiva. Aunque dependiendo donde vivas, igual puedes hacer uso de aire acondicionado, ventiladores o estufas eléctricas (según sea el caso) para poder llegar a una temperatura ideal.
Oscuridad e iluminación
Durante la noche, es recomendable que la habitación esté lo más oscura posible. ¿Por qué? Para no perjudicar la producción de melatonina, la hormona del sueño.
En cuanto a la iluminación artificial, una buena estrategia es mantener la iluminación central, directa y atenuada, de manera que los niveles de iluminancia sean regulables. Otra buena opción es incluir puntos de iluminación indirecta, en forma de lámparas o nichos.
Silencio
Es esencial asegurarse de que el ambiente para dormir sea tranquilo. Se debe verificar, en lo posible, la hermeticidad para reducir el ruido exterior.
Pantallas y dispositivos electrónicos
En términos generales, no se recomiendan las pantallas. La OMS considera, por ejemplo, que los niños menores de 1 año no deben tener ningún contacto con pantallas como tablets o televisores. Para los niños de 2 años, la recomendación es que el niño pase, como máximo, una hora de su día en contacto con dispositivos electrónicos.
Sin embargo, a cualquier edad, el contacto con las pantallas antes del período de sueño no es recomendable, ya que la exposición a estos artefactos bloquean la producción de la hormona de sueño. Por esto, no es recomendable incluir dispositivos como televisores en las habitaciones de los niños pequeños. CHH