Para muchos estudiantes rendir mal en el colegio no sólo se traduce en malas notas, sino además en conflictos que ponen en jaque la relación con sus padres y con su propia autoestima. Por ello, es imprescindible advertir a tiempo problemas académicos y de rendimiento, ya que a los niños con dificultades de rendimiento se les produce un impacto a nivel de su autoestima y autoimagen, que es necesario atender de forma integral, no sólo para avanzar académicamente, sino para descubrir que a veces el problema tiene más aristas que las percibidas.
Así lo asegura la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Carmen Gutiérrez, quien apunta que “en este sentido es importante que el problema se asuma desde la perspectiva de subsistemas y que el trabajo sea tanto con la familia como con el colegio y otros profesionales”.
¿Es recomendable reforzar estudios en periodos de descanso, como son estas vacaciones de invierno? La directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico es partidaria de evitarlo. “Si el niño o adolescente tiene una dificultad relacionada a una habilidad poco desarrollada, no es bueno. Porque, por ejemplo, si la dificultad de base es que hay una habilidad cognitiva, afectiva o comunicacional debilitada respecto a su grupo de edad, la simple práctica de hacer lo mismo no le ayudará a adquirir aquello que no ha adquirido. Si un niño tiene problemas de lectoescritura, no le ayudará a resolver el problema el hacer 40 copias de un poema”, precisa.
Es más, la psicóloga piensa que si bien depende de cada caso, esto sería como un castigo. “Si hay una habilidad descendida, el obligarlo a hacer más será un castigo, lo que podría tener un impacto en la autoimagen, en la seguridad, en la motivación para aprender, en las ganas para superarse. Tendría más sentido si se pudiese hacer con el hijo una evaluación más completa y buscar algún tipo de solución”, aconseja.
Cualquier tipo de tratamiento que se realice, debe trabajarse a partir de la motivación. “Existe en los niños una capacidad básica por aprender y por ejercitar lo que van aprendiendo. Y lo que pasa con los niños con problemas de aprendizaje no es que no les guste aprender, sino que les frustra verse enfrentados una y otra vez, intentarlo e intentarlo y que no les resulte. Por eso finalmente evitan exponerse a la situación problemática, porque les genera un nivel de ansiedad y de temor muy grande. Lo que les pasa a los niños y adolescentes con dificultad real, es que hacen su mejor esfuerzo y no les resulta y lo único que les queda por pensar es lo peor de sí mismos”, advierte.
En este contexto, para volver a entusiasmarlos, la situación se debe afrontar de una manera integral. “Es súper importante mirarlo con perspectiva para poder determinar cuál es la dificultad real, la que a su vez hay que descomponerla en sus partes esenciales e ir superando etapas, planteando metas de a poco. Hay que descomponerla en sus factores para poder descubrir cuáles son los factores que están de por medio”, explica la docente de la Universidad del Pacífico.
Clave en esta tarea es la confianza. “Es uno de los elementos que más influyen en la solución, cuando uno como padre mantiene la confianza y fe en ellos para que puedan resolver y solucionar”, resalta Carmen Gutiérrez, quien plantea que muchas veces como padres nos equivocamos a pesar de las buenas intenciones. “Uno se equivoca porque pone el foco en la meta y reforzar ese logro, y no en el proceso intermedio y los pequeños refuerzos”, acota.
Tips para los padres
Si bien la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico cree que en psicología no hay mini recetas, sí hay algunas cosas básicas a tomar en cuenta y sobre las cuales hablan los conductistas:
- Cuando le hablen al niño acerca de su comportamiento, refiéranse al comportamiento y no a la persona. No es lo mismo decirle “tienes la pieza desordenada”, que decirle “eres un desastre”. Por eso qué hay que cuidar no etiquetar, ni catalogar ni rotular a la persona en sus capacidades.
- Traten de descomponer el objetivo final en metas parciales y sub etapas.Y reforzar todos y cada uno de los intentos, esfuerzos y pequeños resultados, y no sólo los logros. Al mismo tiempo, es importante ir mostrando los avances con metas súper concretas y realistas, con evaluaciones de los resultados y retroalimentación del desempeño.
- No mandar tareas para la casa en tiempo de vacaciones. Ya lo han pasado bastante mal y es tiempo de que se relajen y se descompriman un poco.